Las compañías familiares representan una piedra angular en el entramado empresarial, sosteniendo una influencia innegable en el desarrollo económico, tanto local como global. En la actualidad, estos negocios requieren más que nunca asesoramiento especializado para prosperar en un entorno complejo y dinámico.
Los líderes de empresas familiares ahora cuentan con una amplia gama de recursos para mejorar su gestión. Sin embargo, las complejidades inherentes a estas compañías demandan un enfoque especializado. Afortunadamente, un número creciente de consultores y profesionales están dedicando su atención y habilidades específicamente a sus necesidades particulares.
La consultoría se vuelve fundamental, aunque no exenta de desafíos. Desde la confusión entre dirección y propiedad hasta la gestión financiera entrelazada con dinámicas familiares, la complejidad es evidente. El manejo del capital cerrado para la familia y el endeudamiento excesivo son también preocupaciones comunes. Además, la intersección entre la autoridad familiar y la gestión empresarial, así como los conflictos que surgen en una institución y afectan a la otra, son retos adicionales.
La alineación en estas organizaciones es una tarea ardua dada la cantidad y complejidad de sus particularidades. Los profesionales que brindan asesoramiento deben sumergirse profundamente en su realidad, desarrollando principios, modelos y herramientas que respondan verdaderamente a sus requerimientos específicos.
No es suficiente que los consultores tengan una formación amplia en diversas disciplinas empresariales. El entendimiento de las complejidades que caracterizan a estos negocios exige una comprensión profunda de la intersección entre empresa y familia, así como de las opciones que se presentan a lo largo del tiempo.
Algunos asesores se centran únicamente en resolver conflictos familiares, sin enfocarse en encontrar las mejores soluciones para el futuro del negocio. Otros se limitan a implementar herramientas populares como protocolos familiares, ejercicios de visión o códigos de gobierno, sin abordar las verdaderas problemáticas. Disfrazar los problemas más complejos resolviendo solo los más superficiales es un engaño para todos los involucrados.
La responsabilidad de los consultores va más allá de la resolución de conflictos o la implementación de herramientas especializadas. Se trata de fomentar un crecimiento rentable y armonioso, de crear valor al multiplicar el potencial creativo. Es necesario confrontar las difíciles decisiones patrimoniales y de gobierno que surgen naturalmente con el tiempo.
La creatividad de esta consultoría radica en su rol como facilitadores que enfrentan la realidad empresarial y familiar con apertura y madurez. La comunicación efectiva es clave para encontrar los mejores caminos que generen valor para todos los involucrados, conciliando discrepancias y manejando conflictos en un marco de comprensión y apoyo mutuo entre familia y empresa.
El objetivo principal es compartir la generación de riqueza, no solo su distribución justa y armoniosa. Se busca desarrollar una relación sinérgica entre los miembros de la familia, combinando querencias, talentos y estilos personales de manera efectiva.
Para alcanzar estos objetivos, es crucial distinguir las habilidades de los consultores y seleccionar al más adecuado para cada necesidad, todos tienen algo que aportar, pero ninguno tiene una fórmula mágica. La verdadera labor del consultor en empresas familiares va más allá de resolver problemas inmediatos, consiste en ser catalizador del crecimiento, fusionando la riqueza familiar con la estabilidad empresarial para crear un legado sostenible y próspero a lo largo del tiempo.
La falta de poder para provocar cambios importantes puede generar frustración, especialmente entre hijos y hermanos. Además, es esencial definir quién contrata al consultor y quién actúa como cliente en el proceso para evitar desaciertos y maximizar el impacto.
A pesar del aumento en el número de consultores dedicados a empresas familiares, los desafíos persisten. La gestión efectiva de estos negocios es esencial para el crecimiento económico. Se necesitan más expertos que asesoren a los líderes de estos negocios y una mayor profesionalización para garantizar una consultoría más efectiva y enfocada en el éxito a largo plazo de los negocios familiares.
Carlos A. Dumois es Presidente
y Socio Fundador de CEDEM
* “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois.