Empresarios en Crecimiento: Concentración Estratégica y Creación de Valor

Una vez encontremos nuestra gran jugada, no nos distraigamos.

Este joven empresario y su equipo habían encontrado un fructífero camino de generación de valor, centrado en aprovechar la marca que desarrollaron para entrar al mercado del retail en los Estados Unidos. Las cadenas americanas le estaban pidiendo más productos con unos criterios claros. El y sus directivos nos preguntaron por otras formas de crear valor. ¡Ya la encontraron!

El empresario que entienda y aplique el principio de Concentración Estratégica, tiene la llave del crecimiento y puede llegar muy lejos.

La concentración estratégica, como principio, se basa en tres afirmaciones fundamentales. La primera dice que manejemos cada negocio como si fuera el único. Esto significa pintar rayas: los dirigentes de la empresa tienen que verla como una confederación de negocios donde las líneas divisorias entre cada uno de ellos están claras.

Los contadores deben llevar cuentas de cada negocio y de cada parte del negocio, también pintando rayas. Los planeadores de la empresa tienen que hacer planes de cada negocio como si fueran únicos. Cada uno tiene que ser líder, rentable, permanente, exitoso.

La concentración, al hablar de cada negocio como único, nos ayuda a que no mezclemos ni promediemos. El dirigente de la empresa debe tener la convicción y la creatividad para descubrir cada negocio dentro de la empresa y para pintar y hacer que se pinten las rayas que lo protejan de la dispersión.

La segunda afirmación dice: los mejores recursos a las mejores oportunidades. Y con ello nos referimos a que hay que tirarle a lo sobresaliente, a que no hay que perder el tiempo en negocios marginales. Se trata de conceder el mejor tiempo y gente, los mejores talentos y productos, a los mejores mercados, proyectos, problemas, retos, clientes, etc.

Mejores recursos a mejores oportunidades es un continuo reacomodo, dirigiendo la empresa con un radar multidireccional prendido todo el tiempo para detectar, ante los retos y prioridades actuales, cuáles son nuestras mejores opciones y cómo atenderlas con lo más destacado que tenemos. Lo que hoy es el principal camino puede ser que mañana no lo sea; lo que hoy es una elección que puede apreciarse de poca valía, puede proyectarse hacia el futuro como una gran alternativa. Igualmente, lo que hoy es nuestro mejor recurso mañana puede perder valor; y algo que hoy casi consideramos como de relleno, en un futuro puede convertirse en la gran fortaleza.

Esta es la conciencia de la dirección del crecimiento. El éxito, que siempre nos hace dormir en nuestros laureles, hace que bajemos la guardia, diluye nuestro rigor, debilita nuestra exigencia, y por ello con frecuencia aun empresas muy exitosas se dejan llevar por la inercia del triunfo y dejan de procurar sus mejores oportunidades con sus mejores recursos.

La tercera afirmación es abandonar el resto, lo que significa que lo que no fue seleccionado no va, lo que no fue elegido no cabe. Si hemos puesto rayas para dividir la medición de cada negocio, cuando encontremos resultados consistentemente pobres, con futuros inciertos o que no conduzcan al liderazgo, ¿para qué continuar? La que no fue la mejor oportunidad, ¿para qué atenderla? Lo que no fue el mejor recurso, ¿para qué administrarlo?.

La decisión cabal de concentración no existe si no hay abandono; este es fruto del coraje, de la voluntad de crecer sin engordar. El abandono es liberar energías de opciones pobres para ponerlas a disposición de mejores derroteros, es eliminar distracciones. A veces uno dice: “pero es que ese negocio no me quita tiempo; es que ese mercado no consume muchos recursos; es que a esa línea de producto no hay que destinarle muchas horas de máquina; es que a ese proyecto no hay que invertirle mucho…”, pretextos para solapar la mediocridad. El abandono cierra el círculo, es el que garantiza que la decisión de concentración es plena y va a dar frutos.

Cada negocio como único, mejores recursos a mejores oportunidades, abandono oportuno. Estas son las rutas de la Concentración Estratégica, aprendamos a interpretarla y a aplicarla, aprendamos a crecer.

“Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois.

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Carlos A. Dumois

Presidente y Socio Fundador de CEDEM

CEDEM

Somos el Centro de “Dueñez®️ Empresaria”, creadores de la tecnología más poderosa para Generar, Multiplicar y Capturar Valor en los negocios.

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