HÁBITOS DEL DUEÑO

Carlos A. Dumois.


Ser empresario no admite medianías. Es un paquete completo muy demandante.

Los empresarios que se enfocan consistentemente en la creación de valor en sus negocios actúan diferente. No hacen lo que acostumbran todos. Su tarea principal no es operar el día a día. Tienen puesta la mira en lo más trascendente. 

No me refiero a hombres de negocios que saben hacer dinero. Hablamos hoy de quienes son capaces de crear riqueza en lo que emprenden. Riqueza para ellos, para sus socios, para los clientes y proveedores, para los colaboradores y para la comunidad.

No son técnicas, ni recetas, ni instrumentos organizacionales comunes. Son tendencias instintivas convertidas en comportamientos que realizan sistemáticamente. Comentemos algunos de ellos.

Reflexionar con regularidad.

En lo que más piensan es en dónde está lo más relevante para su empresa, y en cómo llevarla ahí. Primero buscan la relevancia y luego decifran cómo construir el camino para llegar a ella.

Mirar hacia arriba.

Estos líderes no se conforman con ser exitosos y lograr un cierto nivel. Lo que persiguen es magnánimo y grandioso. Se atreven a pensar en grandes ligas y aspiran llegar lejos.

Crear relaciones enfocadas.

Buscan contactos valiosos y logran acercarse a ellos. Detectan cuando se han encontrado con algún personaje cuya relación vale la pena cultivar.  Tienen un radar que identifica personas valiosas y no se detienen en llegar a ellas, interesarlas en sus planteamientos y entablar una relación.

Pedir consejo.

Saben que saben poco, aceptan que otros ya han recorrido el trayecto y hay mucho que aprenderles. Por esto es que, aunque saben aconsejar a quien se los pide, también saben encontrar quien les oriente y retroalimente. Escuchan con atención a sus mentores y aprovechan su sabiduría.

Exigir sin cansancio.

Primero se exigen a si mismos, y suelen ser rigurosos en sus estándares. Luego exhortan a su organización a entregar el máximo, subiendo la valla cada vez más. Siempre invitan a sus colaboradores a dar lo mejor de si mismos. 

Traer en mente grandes jugadas.

Los dueños que crean valor en serio se mantienen concentrados en los grandes movimientos estratégicos de cada momento. Sus prioridades estratégicas conducen como faros la ruta y enfocan los cambios que impulsan. En cualquier momento tienen claridad de cuáles son los grandes proyectos detonadores de valor en sus negocios.

Escuchar las voces del mercado.

Estos líderes reconocen que es afuera de su organización hacia donde hay que observar. Mirar hacia el cliente, los competidores, los campos competitivos adyacentes, y descubrir lo que puede haber detrás de los fenómenos y comportamientos comerciales.

Decir que no.

Este es uno de los hábitos más característicos. Es saber renunciar a las miles de tentaciones que les acechan todos los días. Renuncian a los no clientes, a los no productos, a las no inversiones, a tantas cosas que les ofrecen continuamente y que pueden distraerlos del cauce de su enfoque. Decir que no es también saber abandonar lo que ya no cabe en los propios modelos de negocio: productos, servicios, socios, mercados, que ya no agregan valor a las fórmulas actuales y futuras.  

Comprometerse y cumplir. 

Estos grandes empresarios son hombres y mujeres de palabra. Su capacidad de compromiso es a toda prueba. Si acuerdan algo, puedes contar con que van a cumplir.

Hacer negocio.

Este no es un hábito fácil de comprender. Muchos buenos ejecutivos son capaces de hacer muchas cosas, pero no saben cómo ganar dinero. Incluye varias posturas: medirse en los gastos, esperar al momento para invertir, cuidar la relación de ingresos y egresos, saber mantener excedentes de efectivo suficientes. 

Saber compartir. 

La avaricia y el egoísmo no les caracteriza. Son generosos y comparten información, conocimientos, recursos, poder, reconocimiento y logros. Crear valor demanda inteligencia y voluntad. La inteligencia nos permite conocer, analizar, decidir. La voluntad nos faculta para actuar, para hacer. Estos hábitos son parte fundamental de ese hacer. Desarrollarlos y perfeccionarlos nos toma la vida entera. 


c_dumois@cedem.com.mx
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Carlos A. Dumois es Presidente y Consultor de CEDEM.
“Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois.

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