DEL TERREMOTO A LA SEQUÍA

Carlos A. Dumois.


Se aproximan tiempos aún más difíciles. ¡Preparémonos con optimismo!

Apenas tuvimos oportunidad de celebrar que el año 2020 había terminado, cuando caimos en cuenta que el 2021 será un año igual o peor. Muchos de nuestros gobiernos siguen en campaña política y se les ha olvidado gobernar, la pandemia parece no tener fin, la recesión económica ya se convirtió en la “nueva normalidad”, y los empresarios no hemos despertado de la “larga fiesta de auge económico” que vivimos en la primera década del siglo.

Digamos que el año pasado sufrimos la sacudida del tsunami económico más fuerte que hemos vivido. Cerraron gran parte de la economía y borraron de un plumazo a varios sectores (Cruceros, cines, líneas aéreas, restaurantes gourmet, mobiliario de oficinas, y una larga lista de etcéteras).

La sacudida fue fuerte. No esperábamos algo tan violento. Todavía recuerdo una discusión en marzo de 2020 con un grupo de compañeros del IMD de Suiza. Varios de ellos decían que no era para tanto el tema del coronavirus, que a lo mejor estaban exagerando la reacción, y haciendo comparaciones con otras epidemias. Yo les decía que esperáramos unas semanas o meses más para dimensionar el tamaño del animal. ¡Nunca pensé que fuera como un Gnathovorax! (El dinosaurio depredador más voraz de todos los animales del Triásico).

Pero ahora estamos aquí, empezando el año 2021, con la esperanza de las vacunas. Los analistas hablan de una recuperación económica  en el segundo semestre. Los expertos nos dicen que si bien nos va, nos tardaremos un par de años más en controlar a este “bichito” (como le dice Regina mi nieta).

Ahora nos espera un año que podría significar la bomba Molotov de los economistas: recesión con alta inflación. Sí, los precios están subiendo en muchos productos, y el crecimiento económico será casi nulo en la mayoría de los países de Latinoamérica. 

En un largo período de sequía, con la falta de agua, mueren árboles, arbustos, pastizales, y con ellos perecen también muchos animales. Algunos porque no hay comida suficiente, otros de sed, todos sufren.

En nuestra sociedad, quienes mueren de esta sequía económica son empresas, de todo tipo y tamaño, nacionales y extranjeras, grandes y pequeñas, de todos los sectores. De esas que hemos visto cerrar sus puertas por miles en esta pandemia. De esas mismas que en nuestras tierras latinoamericanas poco hemos hecho por ayudarles a sobrevivir. 

Señores empresarios, la sequía viene en serio, y por un largo tiempo. Preparémonos, alistémonos. Ahora será más cierto aún que solo sobrevivirán los más fuertes, los más ágiles, los más flexibles.

Hoy más que nunca debemos manejar cada negocio como si fuera el único. Aquellos que no tengan flotabilidad y verdadero potencial de creación de valor, más valdrá aplicar el criterio de Abandono Estratégico, darle digna sepultura, y liberar energía y recursos para los más adaptables y rentables. 

Manejar cada negocio como si fuera el único es separar cada modelo de negocio, gestionando y evaluando su desempeño por separado, y decidiendo qué hacer con cada uno por su cuenta. Desarrollemos la habilidad de pintar rayas claras en la contabilidad y en nuestra gestión financiera.

Las empresas, aún en tiempos de sequía, no mueren por perder dinero, ni mueren por no crecer. En realidad lo que detiene la vida de los negocios es la falta de liquidez, es la carencia de fondos para operar. Esto es lo que ahora toca hacer con mayor esmero: cuidar la tesorería. 

Hoy es imperdonable trabajar sin presupuestos flexibles que nos permitan prever en todo momento nuestro flujo de efectivo, muy preciso a varias semanas (idealmente 13), y más genérico a 12 meses. El seguimiento que los empresarios debemos dar hoy a nuestro flujo de fondos es estrecho y continuo.

Mientras mantenemos nuestra flotabilidad con la gestión de la tesorería mantenemos nuestra flotabilidad a corto plazo, con la gestión de nuestra competitividad mantenemos viva nuestra vigencia en el mercado y nuestra proyección a futuro. Nos toca también monitorear de cerca a nuestros clientes, y asegurar que seguimos siendo su mejor opción y que satisfacemos sus necesidades y expectativas más apremiantes.Preparémonos para una larga sequía, primero cuidando la liquidez para mantenernos a flote, e inmediatamente después reenfocando nuestras propuestas de valor para responder a lo que nuestros mercados requieren.


c_dumois@cedem.com.mx
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Carlos A. Dumois es Presidente y Consultor de CEDEM.
“Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois.

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