Si en esta marejada económica nuestra empresa se está tambaleando, necesitamos crear condiciones propicias para efectuar un Viraje Estratégico.
Hemos vivido otra década dedicados a proyectos de Crecimiento de Valor con empresas manejadas por sus propietarios. Ahora volvemos a enfrentarnos, una vez más, al reto de rescatar empresas en dificultades.
En nuestra firma fácilmente nos habituamos a movernos en tiempos de bonanza. Trabajando con tantos proyectos de crecimiento vemos la prosperidad por todos lados. Así ha sido en largos períodos en las últimas décadas.
Pero una vez más enfrentamos momentos de crisis, y muy grave. Ahora la adversidad causada por el coronavirus es universal, sumada a algunas economías paralizadas por malos gobiernos. Estamos inmersos en una de las peores crisis que hayamos vivido en tiempos modernos.
No tenemos idea aún de cuándo volveremos a tiempos de prosperidad. El horizonte se ve gris y la incertidumbre predomina en nuestros escenarios futuros. No sabemos tampoco cuándo dominaremos esta pandemia y se restablecerá una vida si quiera parecida a la que vivíamos antes.
Todo nos ha llevado nuevamente a aplicar nuestra metodología del Viraje Estratégico para ayudar a las empresas atoradas a recuperar valor y reencontrar caminos para crearlo en medio de esta inseguridad.
Ahora estamos volviendo a validar los requerimientos para aplicar esta metodología con buenos resultados.
El primero y más importante lineamiento para un rescate eficaz es asegurarnos que contamos con un liderazgo claro y poderoso respetado por toda la organización. Este liderazgo es quien debe evaluar la situación, ver las condiciones de viabilidad y elegir un conjunto de medidas contundentes y rápidas. Si dentro de la organización hay titubeo, indefinición o lucha de poder, se perderá tiempo valioso y probablemente no se remediarán los males con oportunidad.
El líder de Viraje es el personaje determinante en estos momentos en que tenemos que actuar con agilidad y determinación. Este liderazgo no siempre ocurre, aún en las situaciones más caóticas. Se necesitan cumplir con ciertas condiciones para que realmente funcione y sea efectivo.
Capacidad de decisión
Esta la entiendo como la fuerza de voluntad de quien es capaz de mover a los demás hacia las prioridades de cambio. Esto demanda del líder un elevado afán de logro y una disposición a correr riesgos. Generalmente las alternativas son incómodas y dolorosas. Hay que renunciar a muchas cosas sin tambalearse.
En esto es imperativo asumir la responsabilidad de las decisiones y sus implicaciones. Se trata de escoger las oportunidades que decidimos explotar y emprender acciones firmes, aunque encontremos detractores en el camino. No podemos hacer un viraje sin dolor. Eso no existe. Un líder que no se define rápido aquí no funciona.
Disponibilidad al cambio
No cabe duda de que en momentos de grandes desafíos el líder ha de responder con máxima flexibilidad y disposición a modificar cualquier parte del negocio. Necesitamos cuestionarnos con toda apertura y no casarnos con fórmulas del pasado.
Consistencia en el avance
Quien lleve la rienda de un viraje debe evitar caer en un oportunismo variante o voluble que consuma los escasos recursos de la compañía o que confunda a los colaboradores. La clave de la estrategia es que se enfoque con claridad hacia las oportunidades que más pronto nos generen flujos positivos, y que hacia el futuro nos encarrile hacia un proyecto de rentabilidad sustentable.
Ambición con desprendimiento
Hacer cabeza de un Viraje Estratégico exige del líder un esfuerzo enorme, con fuertes deseos de logro, pero con gran disposición a disfrutar de ellos mucho después de que se consigan. Una empresa en viraje es una organización estresada y sin recursos. No podemos sustraerle lo poco que tiene hasta no estabilizar de nuevo el éxito.
Estas son en realidad las mayores dificultades que encontramos para aplicar la metodología de viraje. A veces el enemigo está dentro, y no somos capaces de reconocerlo. Los empresarios ante estas crisis necesitan reconocer que hace faltas actuar con oportunidad y determinación, y para eso el único remedio es un líder fuerte que conduzca el proceso.
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Carlos A. Dumois es Presidente y Consultor de CEDEM.
“Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois.
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